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GALATEA
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Steamy Romance Novels

Una Novela Romántica Que ha Seducido a Millones de Mujeres en Todo el Mundo

By Lena
Dec 7, 2022

 Xavier Knight sabe que hay dos cosas que no fallan para llamar la atención de una mujer: coches rápidos y dinero. Y tiene las dos. Cuando uno escándalo le obliga a contraer matrimonio de forma concertada con Angela Carson, una don nadie sin un céntimo, da por hecho que lo está utilizando para conseguir dinero y fama. Y por eso jura castigarla. Pero las apariencias engañan y a veces los polos opuestos no son tan opuestos como parece… Sigue bajando para leer los primeros capítulos o descárgate la aplicación de Galatea para la versión completa....

Capítulo 4 - Mentiroso Mentiroso

ANGELA

El agua caliente caía sobre mi piel pero por mucho que me frotara seguía sintiéndome sucia. Asquerosa. No podía creer cómo me había hablado Xavier. No podía creer lo que pensaba de mí: que quería hacerme con su dinero y manchar su nombre. La sola idea de que alguien pudiera querer algo así me daba asco y él creía que yo era exactamente esa clase de persona.

Entonces entendí la ironía de la situación. Sí que quería su dinero. Si no fuera por la fortuna de los Knight, nunca habría aceptado casarme con Xavier Knight. Pero no era una cazafortunas egoísta. Lo hacía para salvar la vida de mi padre. ¿Y acaso eso lo mejoraba?

Salí de la ducha y me envolví en una toalla. Me sequé y me puse el pijama robóticamente.

Me desplomé sobre la cama y me fijé en una foto que tenía enmarcada al otro lado de la habitación donde salíamos Danny, Lucas, mi padre y yo. Todos teníamos caras de felicidad. Mi padre tenía tan buen aspecto. La foto era del último Día de Acción de Gracias. A Danny le había salido un pavo chamuscado y Lucas había preparado demasiado relleno, pero fue perfecto. Nos habíamos apiñado en el viejo sofá del salón y estábamos mirando el partido sin preocuparnos por el futuro.

Apoyé la cabeza en mis manos. ¿Cómo habían cambiado tantas cosas en solo un año? Papá siempre había sido un pilar fuerte. Después de la muerte de mi madre, él había asumido el papel de padre y madre a la vez. Era una constante, una roca firme en la tormenta de la vida. Y ahora estaba en el hospital y no estaba segura de si iba a...

Me vibró el móvil. Era Em, mi mejor amiga.

Em 💬qué pasa, nena?

Em 💬te apetece cenar sushi 🍣?

Me quedé mirando los emojis de sushi y la pequeña imagen sin pretensiones me salvó de mis pensamientos. Lo último que quería hacer era salir. La almohada me susurraba seductoramente y me tentaba con una promesa de oscuridad y silencio. Pero tal vez salir era exactamente lo que necesitaba. Aunque fuera para escapar de mis pensamientos durante una noche. Para alejarme del recuerdo de Xavier mirándome fijamente con sus ojos azules como el hielo...

Em 💬nos vemos donde siempre en 40

Angela 💬sí! 🐟🐟

—No importa, eres demasiado buena para Curixon —dijo Em mientras se zampaba otro trozo de sashimi de salmón.

Mojé un nigiri de atún en salsa de soja. —Sigo sin entenderlo —murmuré—. Salí de la entrevista con una sensación tan buena.

—Bueno, ellos se lo pierden. —Em cogió un plato de sushi de salmón de la cinta transportadora frente a nosotros.

Iba acumulando una pequeña torre de platos vacíos. Yo masticaba la comida sin saborearla.

Ojalá me hubiera salido lo de Curixon. Tal vez no habría terminado comprometida con un odioso multimillonario… Recorrí perezosamente con la mirada la cinta transportadora frente a mí. Había muchas opciones, pero ninguna me resultaba atractiva.

Em me puso un trozo de salmón en el plato. —Bueno, no hemos venido aquí a lamentarnos.—Me sonrió y sentí cómo me subía el ánimo—. Feliz predía de Acción de Gracias.
—Feliz predía de Acción de Gracias —le contesté y brindamos con nuestros trozos de sushi.

Todos los años Em y yo celebrábamos nuestra propia comida antes de regresar a nuestros hogares y pasar el día de Acción de Gracias con nuestras familias.

—Bueno, cambiando de tema —dijo Em entre bocado y bocado—. ¿Te has enterado de lo de hoy en Central Park?

—¿Eh?

—Al parecer una pareja de megarricos celebró una sesión de fotos porque se van a casar. Incluso cortaron un trozo del parque para que nadie se acercara. 

Me atraganté e hice todo lo posible para no escupir el sushi encima de la cinta.

Em me alcanzó un vaso de agua. —Sí, te entiendo. Menuda locura —suspiró melancólica—. Imagínate ser tan jodidamente rica y estar tan enamorada que te puedas permitir reservar Central Park.

Tragué un poco de agua y me aclaré la garganta. —Sí, me… me cuesta imaginarlo.

No estaba en condiciones de decirle que estaba hablando de mi sesión de fotos.

Ni tampoco podía corregir sus palabras.

Tenía razón, Xavier era megarrico.

Pero donde se equivocaba es en que no estábamos enamorados.

La mirada de odio y asco en los ojos de Xavier volvió a aparecer en mi mente.

~Nada más lejos de la realidad.~

—¿Angela? ¿Estás bien?

Parpadeé y volví a la Tierra. —Claro —mentí.

—Tienes cara de haber visto un fantasma… 

—Supongo que es el cansancio.

Em me miró fijamente. Nunca se me había dado bien mentir. Y Em me conocía mejor que nadie.

Pero no podría haberle dicho la verdad aunque quisiera. No podía decírselo a nadie. Ni siquiera a mi familia. Probablemente lo descubrirían en algún momento. Era imposible ocultar un matrimonio de tan alto nivel para siempre.

Pero no podían saber la verdad sobre mi trato con Brad Knight.

Yo estaba ~literalmente~ contratada para mentir.

Y así lo hice.

—Bueno, tengo que hacer algunos preparativos de última hora para mañana para el Día Acción de Gracias mañana —mentí de nuevo—. Voy a irme ya a casa.

—De acuerdo —dijo Em, con un tono neutro. No sabía si me creía o no, pero decidió dejarlo correr.

Nos levantamos, pagamos y salimos al aire fresco de la noche. La culpa me pesaba en el corazón. Había tenido que mentir a mi mejor amiga.

Y solo era el principio… 

***

Dad 💬 no te olvides del pastel

Angela 💬 😱😱😱😱

Dad 💬 ¿en serio?

Angela 💬 ups

Dad 💬 Nueva York cambia a las personas

Angela 💬 Vuelvo a buscarlo

Dad 💬 no te preocupes, no pasa nada 

Dad 💬ven a ayudar con el pavo antes de que Danny lo queme

Suspiré frustrada, me recosté en el asiento y cerré los ojos.

No podía creer que me hubiera olvidado el pastel de nueces. Era un básico de Acción de Gracias.

Pero a mi favor diré que tenía muchas cosas en la cabeza.

El tren pasó por un bache y yo me sacudí en el asiento. Tenía la cabeza apoyada en la ventanilla y contemplaba el paisaje que se deslizaba borrosamente ante mí.

En una hora llegaría a Heller y yo solo tenía ganas de estar ya allí.

Papá nos había dicho que estaba lo suficientemente bien como para pasar el Día de Acción de Gracias en casa.

Mis hermanos no paraban de decirme lo bien que se encontraba y yo me moría de ganas de verlo. Tenía muchas ganas de verlos a todos.

Sentí que mi corazón se relajaba. Me di cuenta del alivio que sentía al alejarme de Nueva York. Aunque solo fuera por un par de días me vendría bien no pensar en todo lo del acuerdo.

Así podría despejarme y elaborar un plan.

Tras un trayecto que se me hizo eterno, por fin me encontraba subiendo las escaleras de la casa de mi infancia.

Llamé a la puerta y Lucas abrió y me dio un gran abrazo de oso.

—Hueles a tren —dijo mientras me agarraba de la mano y entrábamos.

—Yo también me alegro de verte —le dije con la lengua fuera.

Entré y una ola de nostalgia me sacudió. Ahí me había criado. La casa que me había visto reír y llorar a partes iguales.

Era donde Em y yo habíamos visto nuestras primeras películas de miedo, donde Lucas y yo construíamos fuertes con almohadas y comíamos Nutella directamente del bote.

Y al estar de vuelta con todo lo que había pasado me sentía rara.

Como si de alguna manera la casa ya no pudiera protegerme del mundo exterior.

—¿Es ella? ¿Angie? —Y ahí estaba, yendo en silla de ruedas por el pasillo. Se parecía más a mi padre que el hombre que yacía en la cama del hospital.

—¡PAPÁ! —Me abalancé sobre él y lo abracé con fuerza. Se le veía mucho mejor. Verlo fuera del hospital me hizo afianzarme en mi decisión.

Si aguantar a un multimillonario enfadado significaba que mi padre iba a estar bien… que así fuera

—Por Dios, Angie, que estoy aquí —dijo entre risas—. No me voy a ninguna parte, pequeña. A menos que tú me lleves.

—Lo sé —traté de limpiarme disimuladamente una lágrima antes de que se derramara por mi ojo—. Es solo que me alegro mucho de verte. Tienes muy buen aspecto.

—¿Lista para ver el pavo?

—¿Te refieres a Danny? —dije en broma.

—¡TE HE OÍDO! —gritó Danny desde el salón. Sabía que ya estaba sentado en el sofá viendo el fútbol, con la mirada pegada al televisor.

No pude evitar que una sonrisa tonta me invadiera la cara.

Esto era justo lo que necesitaba.

Sonó el timbre y todos miramos hacia la puerta confundidos.

—¿Esperamos a alguien? —le pregunté a Lucas.

—No —se le iluminó la mirada un segundo—. ¿Has invitado a Em?

—No, se supone que está con su madre —caminé hacia la puerta y abrí.

Y así sin más, mi pequeño santuario de Acción de Gracias se hizo pedazos.

Porque ahí, tan guapo, perfecto y desentonando totalmente con una caja de tarta de pecanas en mano, estaba Xavier Knight.

Me lanzó una sonrisa brillante, pero no llegó a sus ojos. Parecían fríos. Calculadores. Como un lobo que juega con su comida antes de lanzarse a matar.

—Hola, nena —dijo con voz burlona.

Se me aceleró el corazón. Iba a darme un ataque de pánico de verdad. Mi familia ni siquiera sabía que estuviera saliendo con alguien, mucho menos que fuera a casarme con el soltero más rico de Nueva York.

—¿Qué haces aquí?

—¿Angela? —dijo mi padre desde detrás—. ¿Quién es?

Se me abrió un pozo de terror en el estómago cuando oí a mi familia acercárseme por las espaldas.

—Mmm, esto… Es…

Xavier se puso a mi lado, y su comportamiento cruel y burlón desapareció al instante.

Me rodeó la cintura con un brazo y me sonrió, con una expresión amorosa y afectuosa. Parecía el novio perfecto.

Pero yo sabía cómo era en realidad.

Me odiaba a muerte. Cuando me tocaba, parecía más un grillete que un abrazo. Sentí que las miradas de mi padre y mi hermano se centraban en el gesto, y yo tenía la cara roja por la vergüenza y el bochorno.

—Soy Xavier, —dijo mi verdugo, con voz suave como la mantequilla— el prometido de tu hija.

Xavier no se lo espera: su padre, un gran multimillonario, le obliga a contraer un matrimonio concertado con Angela. Y Xavier piensa castigarla por ello. Pero las apariencias engañan y a veces los polos opuestos no son tan opuestos como parecen… ¡Lee esta excitante novela en Galatea!

Reseñas de los lectores
Estoy tan absorbida por estos libros... bye bye Netflix 😊
Shannan Penisione, Apr 8, 2022
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Esta aplicación es genial, de verdad. La uso casi todos los días y me encanta. 👌🏻❤️
Steffie Cliff, Mar 26, 2022
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Me encanta esta aplicación. Los libros son increíbles y siempre tengo ganas de leer más.
Virgo Rose, Mar 24, 2022
App Store Review
No me canso de esta aplicación. Paso la mayor parte del tiempo leyendo, incluso en el trabajo. Necesito saborear un poco cada capítulo. Los autores de los libros son unos genios, agradezco taaaanto su esfuerzo. 💜
Kimberley Mills, Mar 23, 2022
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