Al fin - Portada del libro

Al fin

Elfy G

0
Views
2.3k
Chapter
15
Age Rating
18+

Summary

Jamie Harrison lleva enamorada del mejor amigo de su hermano, Finn Campbell, desde que tenía doce años. Es un tópico, lo sabe, pero no puedes elegir de quién te enamoras. Por mucho que Jamie haya querido que "eso" ocurriera con Finn, nunca ha sido el momento adecuado, es decir, hasta que su hermano decide casarse en Las Vegas. Añade un montón de alcohol y años de lujuria contenida, ¡y digamos que puede que haya más de una boda este fin de semana!

Clasificación por edades: 18+

Ver más

116 Chapters

Chapter 1

Capítulo 1

Chapter 2

Capítulo 2

Chapter 3

Capítulo 3

Chapter 4

Capítulo 4
Ver más

Capítulo 1

JAMIE

La primera vez que me enamoré, era una adolescente. Se llamaba Finn Campbell. Yo tenía doce años y Finn dieciséis por aquel entonces. Era el mejor amigo de mi hermano mayor. Lo sé, cliché, ¿verdad?

Mi corazón se rompió en mil pedazos la primera vez que le vi besar a una chica. Aún recordaba aquel día como si fuera ayer.

Un día, después de terminar los deberes, decidí ir a por un tentempié antes de cenar. Fue entonces cuando los vi.

Finn estaba sentado en el sofá con una chica, besándolo. Corrí escaleras arriba lo más rápido que pude, con el hambre completamente olvidada.

Me tiré a los pies de la cama y me eché a llorar. Mi hermano debió de verme subir porque no tardó en entrar en mi habitación.

—Jamie, sé que te costará oír esto, pero deberías olvidarte de él —dijo—. Él nunca te verá de esa forma.

—Ya lo sé, Will, pero no puedo evitar lo que siento por él —le contesté.

Will se sentó en la cama a mi lado, y yo me moví para abrazarlo, llorando aún más fuerte. Aunque nos llevábamos cuatro años de diferencia, siempre había estado ahí para mí, y me sentía agradecida por tener un hermano tan maravilloso como él.

—Hola, Will, ¿estás aquí? —Finn llamó de repente a mi puerta.

No esperó a que mi hermano contestara y decidió entrar. Me puse rígida en los brazos de Will. Era la primera vez que Finn entraba en mi habitación.

¿Qué pensaría de mí ahora?

Mi habitación tenía las paredes rosas y había peluches por toda mi cama.

Ahora sólo me verá como a una niña, pensé. ~¡No! ¡No! ¡No! Le diré a mamá que necesito hacer algunos cambios.~

—¿Qué coño haces, tío? ¡No irrumpas así en la habitación de mi hermana! —exclamó Will.

—Lo siento, tío, no lo hice a propósito —contestó Finn—. Quería que supieras que Kristen está aquí. Jem, ¿estás bien? —Volvió su mirada hacia mí, aparentemente dándose cuenta de que estaba llorando en los brazos de mi hermano.

Siempre me había llamado Jem en lugar de Jamie, y aún no sabía por qué.

Me enjugué rápidamente las lágrimas, mientras Will se ponía en pie y se dirigía a la puerta. Le seguí y, haciendo acopio de todo mi valor, me detuve frente a Finn.

—No te preocupes por mí. No hay nada que no pueda manejar —respondí a su pregunta.

Puso sus manos sobre mis hombros. —Esa es mi Jem. Nada puede detenerla. —Luego se inclinó y me dio un beso en la cabeza.

¿Dijo su Jem? Dios mío. ¡Dios mío! Mi corazón dejó de latir ante su gesto. Ni siquiera podía moverme. Estaba demasiado asombrada.

—Finn, déjala en paz de una vez —dijo Will—. Vamos, hombre. Nuestras chicas nos están esperando.

¿Qué acababa de ocurrir? ¿Era real o todo había sido un sueño?

Crucé mi habitación hasta la ventana y miré hacia fuera. Finn llevaba de la mano a la chica con la que le había visto antes, ayudándola a subir a su furgoneta.

Por un momento, soñé que estaba en su lugar y que era mi mano la que él sostenía.

—Jamie, sé que será duro para ti oír esto, pero deberías olvidarte de él. Él nunca te verá de esa forma. La voz de mi hermano seguía resonando en mi mente mientras los miraba.

Entonces todos mis pensamientos desaparecieron al ver que la chica en cuestión se giraba y me miraba directamente. Cerré rápidamente las cortinas y me alejé de la ventana, rezando para que no me delatara.

Salí de mi habitación y corrí escaleras abajo, buscando a mis padres.

—Mamá, papá, ¿dónde estáis?

—En el salón, cariño —Oí que me respondía mi padre.

—Bien, he tomado una decisión —dije nada más entrar—. Es hora de que crezca. Quiero reorganizar mi habitación. Es hora de que me tomen más en serio.

—Incluso estoy dispuesta a trabajar en casa para pagarlo todo. Por favor, por favor, por favor. Lo necesito.

—Espera, cariño, no tan rápido. ¿Por qué has cambiado de opinión tan de repente? —preguntó papá.

—Estoy creciendo y quiero una habitación de chica mayor.

—Bueno, tu padre y yo hablaremos de ello y te daremos nuestra respuesta —dijo mamá—. Ahora ve a poner la mesa. Vamos a cenar pronto.

Iba a decir algo más, pero papá me detuvo. —No es un no, pero tu madre y yo tomaremos esta decisión juntos. Ahora ve y haz lo que mamá te pidió.

¿Estaba loca por amar a alguien que sabía que nunca sentiría lo mismo por mí? ¿No sería la vida más fácil si pudiéramos encontrar a alguien con quien compartirla?

Deja de pensar en esto, Jamie. Te dará dolor de cabeza.

—Hola, Sra. Harrison, ¿le importa si ceno con ustedes esta noche? —Oí a Finn dirigirse a mi madre.

Espera, ¿esto es un sueño?

—Por supuesto, siempre eres bienvenido aquí. ¿Pero no ibais a salir? ¿Y dónde está Will? ¿No estaba contigo? —preguntó mamá.

No, no es un sueño.

Vale, respira tranquila. Puedes con esto.

—Nos ha surgido algo a Nathalie y a mí. Will sigue en su cita con Kristen —respondió Finn a la pregunta de mi madre, tomando asiento a mi lado.

Espera, ¿está sentado a mi lado? Vale, vale, que no cunda el pánico. Ahora no es el momento de hacer el ridículo. Intenta ser lo más normal posible.

Sí, es más fácil decirlo que hacerlo.

Después de cenar, ayudé a mamá a fregar los platos antes de acomodarme en el salón para ver una película.

—¿Y bien?, ¿Qué vamos a ver esta noche? —preguntó Finn, sentándose a mi lado de nuevo.

—Umm… iba a ponerme al día con la última temporada de Supergirl —logré decirle.

—¿Nada de película romántica entonces?

—No, esta noche no.

¿De verdad iba a sentarse a mi lado hasta que volviera mi hermano? ¿De verdad se cumplían los deseos?

Entonces oí sonar su móvil. —Hola, cariño —contestó.

—No, nada importante —dijo tras una pausa—. ¿Por qué?

Hubo otra pausa mientras escuchaba la respuesta del otro lado. —¿Tus padres se han ido a pasar la noche fuera? Sí, allí estaré. Nos vemos en un rato, cariño. —Terminó la llamada.

Puede que sólo tuviera doce años, pero sabía lo que quería decir eso. Mi corazón se rompió una vez más.

—Mierda. Lo siento, Jem, no quería que escucharas esto. ¿Dejamos lo de la película para otro día?

—Umm, vale, entonces hasta luego. —Estaba orgullosa de mí misma por haber respondido con una frase completa a pesar de la situación.

Me sorprendí cuando me besó en la mejilla antes de irse.

Ahora tenía sentimientos encontrados y no sabía cómo manejarlos.

En primer lugar, iba a pasar la noche con ella, y sabía exactamente lo que pensaban hacer, y en segundo lugar, acababa de dejarme un beso en la mejilla, haciendo que mi corazón diera un vuelco.

Sabía que tenía que olvidarme de él, pero mi corazón no lo entendía.

Siguiente capítulo
Calificación 4.4 de 5 en la App Store
82.5K Ratings
Galatea logo

Libros ilimitados, experiencias inmersivas.

Facebook de GalateaInstagram de GalateaTikTok de Galatea