Guerrera rechazada

TRICORA

El despertar esta mañana es lento. Me encanta mi trabajo, pero últimamente me estoy cansando. Soy una humana que vive en un mundo de metamorfos y, aunque me siento como en casa, siempre me pregunto ¿Y si...?

Mi madre me abandonó y me dejó en un orfanato apenas nací. Fui adoptada cuando era un bebé por Alfa Cannon y su pareja de la manada Guerreros de sangre. Se dice que soy parte loba pero nadie pudo comprobarlo así que, por si acaso, ya que mi padre no tenía niñas, me adoptó.

Crecer así fue definitivamente diferente a cómo lo hicieron los demás, pero no conocía otra forma y no la habría cambiado por nada.

Me entrenaron igual que a sus hijos y esperaban que me esforzara más por ser humana. Tuve que compensar y esforzarme más para demostrar mi valía porque soy humana.

Mi madre, Luna Callie, me enseñó todo lo que necesitaba saber sobre cómo ayudar a dirigir una manada, mientras que mi papá y mis hermanos, Cameron, Caston y Carson, me enseñaron a luchar y a tener cualidades de alfa.

A lo largo de los años me he ganado mis tatuajes tribales en los brazos y mis tatuajes de mis logros en la línea del nacimiento del pelo. No son ninguna locura y parecen diseños tribales, pero cada uno significa algo. Son lo bastante grandes para que se vean, pero también se pueden ocultar si es necesario.

Cuando cumplí dieciocho años, me enfrenté al guerrero jefe de nuestro grupo. Si aguantaba más de diez minutos luchando, me ganaba la marca en el brazo. La marca demostraba que era una de las mejores entre los mejores y que había luchado toda mi vida para ganármela.

Es un honor y un privilegio poder no solo ganárselo, sino llevarlo para que todos lo vean.

La pelea fue todo y más. Sobreviví, pero por un pelo. Tenía que ganar no solo por la familia, sino por mí misma. Tuve que darlo todo bajo la atenta mirada de mis padres y mis hermanos.

Me desmayé justo después, pero lo conseguí, y mientras yacía jadeando en busca de aire mis hermanos me sujetaban mientras mi padre me marcaba el brazo. No podía ni gritar, así que me limité a llorar.

Después, mis hermanos me abrazaron y se tumbaron conmigo en el suelo susurrando lo orgullosos que estaban de que yo fuera su hermana. Nunca olvidaré ese día mientras viva.

Luego fui a la universidad para obtener un título en negocios y después de cuatro años regresé y conseguí mi trabajo actual con Alfa Martin. Figuro en los papeles como su secretaria y también como asesora y contadora.

Hemos trabajado duro para llevar su manada a donde está ahora, pero está prosperando y él se niega a dejarme marchar. Así que me subió el sueldo y me dio una carga de trabajo más fácil.

No es que no pueda manejar más , pero me quedo porque trato con muchas manadas locales y siempre he tenido la esperanza de poder tener un compañero.

Quiero decir… Creo que soy un buen partido. Mido un metro setenta y peso setenta y cinco kilos; tenía que estar hecha para la lucha: tenía que pelearme con tres hermanos por la comida. Era interesante la hora de comer.

No tengo tetas grandes y no me importa porque lo compenso con mi culo. Me siento delante del despacho del jefe para ser la primera persona que ve la gente. Dice que soy como un caramelo para los lobos solteros que vienen.

Cuando dice eso, su compañera suele darle una bofetada, pero está de acuerdo. Siempre dice que cualquiera que quien esté emparejado conmigo enloquecería si no me tuviera.

Hoy es día de reuniones. Una nueva manada viene a reunirse con Martin para un posible negocio. Así que me he puesto mi falda lápiz negra con mi blusa verde esmeralda de manga larga y mis tacones, y me he recogido el pelo en un moño bajo para tapar los tatuajes.

Tengo que tener un aspecto profesional y mostrarme adecuada para los negocios. Normalmente me deja llevar vaqueros y una camisa bonita, pero en días como hoy tenemos que ir vestidos adecuadamente.

Estoy haciendo las últimas copias en la impresora que hay detrás de mi mesa cuando oigo el ruido del ascensor y sé que han llegado nuestros invitados. Martin me dice que haga las copias y las lleve a la sala de conferencias.

Cuando entran, veo entrar a Alfa Stern, Beta Canton y su Gamma Darren. El alfa se detiene a mitad de camino y me mira olfateando el aire. Creo que sé lo que eso significa, ya que mi madre me había hablado de ello, pero como no lo sé, supongo que dirá algo.

—Si toman asiento, caballeros, estaré con ustedes en un minuto.

Veo cómo dice algo a sus hombres y estos empiezan a discutir con él. Vuelvo a lo que estaba haciendo mientras salen las últimas copias.

Vuelvo a mi mesa para grapar las copias y oigo que tienen una discusión acalorada. El alfa parece enfadado por algo. No sé exactamente lo que dicen, pero no parece ser algo muy bueno.

—Muy bien, caballeros, si me siguen los llevaré a la sala de conferencias para la reunión. Alfa Martin vendrá en breve.

Camino mientras me siguen, al entrar y tomar asiento les entrego los paquetes y me giro para salir a buscar a Martin.

—¿Cómo te llamas? —pregunta Cantón.

—Me llamo Tricora.

Canton mira a su alfa cuando salgo a buscar a Martin y me pregunto por qué me preguntaría mi nombre.

***

ALFA STERN

Tienes que estar bromeando. ¿Cuáles son las posibilidades de conocer a mi pareja un par de días antes del evento de parejas en el que voy a marcar mi compañera elegida, Brianna?

Mis hombres están cabreados porque estoy pensando en rechazarla, pero es humana. No aceptaré a una humana como Luna para mi manada. No me importa, compañera o no. De ninguna manera.

Canton me mira como si estuviera loco. No para de decir que hay algo en ella, pero que no sabe qué es.

—Si la rechazas eres un idiota. Hay algo en ella y conozco su nombre de alguna parte —me espeta.

—¡No me importa! Amo a Brianna, y es mi compañera. Me ocuparé de esta chica después de la reunión.

Estamos sentados esperando pacientemente cuando vemos a Alfa Martin y a la chica entrar de nuevo. Joder, ahora tengo que lidiar con ella aquí mientras trato de concentrarme en lo que él está diciendo. No lo logro porque siento su olor de nuevo.

Cítricos y canela. Y por mucho que intente ignorarlo, mi lobo Kyro se está volviendo loco en mi cabeza. Está cabreado con lo que quiero hacer, y me ha dicho que tomará el control si siquiera intento rechazarla. Así que justo en medio de la reunión la interrumpo.

—Tricora, ¿cuál es tu nombre completo?

Confundida, responde: —Tricora Cannon, ¿por qué?

Antes de que mis hombres o mi lobo puedan detenerme, lo digo.

—Tricora Cannon, soy tu compañero pero no te quiero. Yo, Alfa Jack Stern, te rechazo, Tricora Cannon, como mi verdadera compañera.

Se me acalambró el corazón mientras me quedaba mirando, apretando los dientes. La vi agarrarse el corazón, dejándose caer al suelo mientras mi lobo y mis hombres empezaban a gritarme.

—¡Qué coño has hecho! —me grita Canton.

—Acepto tu rechazo —susurra.

Me quedo mirando mientras ella se hace un ovillo en el suelo. Me levanto y salgo de la habitación, porque no puedo quedarme más tiempo viendo este patético espectáculo.

Al salir, mis hombres siguen gritándome mientras Alfa Martin me echa a patadas del edificio de oficinas. Ya no me importa una mierda. Solo quiero volver con Brianna.

***

ALFA MARTIN

Lo que acabo de presenciar está más allá de lo que jamás pensé que presenciaría. ¿Cómo puede alguien, y menos un alfa, hacerle eso a mi Cora? ¡Él no la merece!

Lo miro fijamente cuando la cojo en brazos y bajo al despacho de mi compañera, abriendo la puerta de una patada. Me ve con Cora en brazos y corre a cogerla en brazos mientras yo la dejo en el sofá.

—¿Qué demonios le pasó a Cora, Seth? —¡Me interroga como si yo tuviera algo que ver con esta mierda!

—Acaba de ser rechazada por su compañero, Alfa Stern.

Sara parece a punto de matar a alguien. Sale dando pisotones de la habitación y se dirige al vestíbulo, junto a la mesa de Cora. Al parecer, todos los hombres siguen allí de pie discutiendo sobre lo que acaba de pasar cuando oigo a mi compañera callarlos a todos.

Voy detrás de ella mientras veo que intenta mantener a su loba calmada para que no mate a todo el mundo.

—¡Quién coño te crees que eres para rechazar a mi Cora! —grita ella— ¡No tienes ni idea de a quién acabas de rechazar, y cuando lo descubras te garantizo que te arrepentirás!

Todos se quedan mirando mientras ella se marcha, dejándome solo con ellos. Señalo el ascensor y veo cómo se alejan.

Saco el móvil y llamo a Chase, el padre de Cora, explicándole lo que acaba de pasar. Él y su compañera están de camino para buscarla y llevarla a su apartamento. No quiero que intente volver a casa en coche.

Vuelvo a la oficina de Sara y la veo consolando a Cora diciéndole que él lo lamentará. No tiene ni puta idea de cuánto, ¡y tiene razón! Cora sería un activo para cualquier manada, especialmente la de él, que está luchando por sobrevivir.

Tenemos que llevarla a casa para que pueda dormir. Debemos intentar darle algo para distraer su mente. Sé que hay un evento de parejas este fin de semana. Tal vez pueda ayudar a su amiga Tara a registrar a la gente.

La llamaré. Hoy es jueves y el evento empieza el sábado. Será solo por unas horas, y quién sabe… Tal vez tenga una segunda oportunidad para encontrar un compañero.