La maniobra del Alfa - Portada del libro

La maniobra del Alfa

Monika S. Senderek

0
Views
2.3k
Chapter
15
Age Rating
18+

Summary

Cuando el padre de Amelia, el alfa, intenta organizar un matrimonio concertado para su hermana y así mejorar las relaciones con la Manada de Montana, Amelia decide ofrecerse voluntaria. No es la marioneta de nadie, pero prefiere eso que ver a su hermana ser expuesta así en contra de su voluntad. el Alfa Liam, de la Manada de Montana, no sabe qué se va a encontrar. Si acaso cree que va a encontrar a una mujer sumisa, nada más lejos de la realidad. ¡Pero Amelia también se vera sorprendida por Liam!

Clasificación por edades: +18

Ver más

26 Chapters

Chapter 1

Prólogo

Chapter 2

Capítulo 1

Chapter 3

Capítulo 2

Chapter 4

Capítulo 3
Ver más

Prólogo

Mia

¿Cómo pueden afectar a nuestra vida las decisiones de otras personas? Una sola decisión puede cambiar el sentido de las cosas hacia una dirección que nunca quisimos tomar…

Pero siempre existen dos opciones: obedecer, haciendo lo que se nos pida, o rebelarnos. Pero rebelarse implica, tarde o temprano, afrontar las consecuencias.

Durante dos décadas, las relaciones entre dos manadas de lobos, la mía y la de Montana, fueron bastante difíciles y tensas.

Entrar en el territorio del otro estaba prohibido y se castigaba con dureza. Tampoco estaba permitido el matrimonio entre lobos de las dos manadas.

Algunos decidieron marcharse, pero no pertenecer a ninguna manada era visto como una desgracia que podía hacer que te mataran.

En el pasado, mi abuelo hizo un trato con el Alfa de Montana a cambio de salvar su vida. Organizaron un matrimonio entre sus hijos, es decir, entre mi madre y el hijo del Alfa de Montana.

No salió como estaba previsto, ya que ese hombre obviamente no es mi padre. Ella huyó para estar con su verdadera pareja. El trato se rompió, y también el orgullo del Alfa.

No quiso renegociar los términos, ya que para él, eso había sido una traición. Nadie debería ni podía rechazar a un Alfa.

En aquella época, mi padre era un simple Beta, y ser abandonado por un miembro ordinario de la manada era visto como una desgracia.

Cuando mi padre comenzó su reinado, nada cambió. Hizo todo lo posible para lograr la paz, pero no funcionó.

Llegó el momento en que existió una oportunidad para que las cosas mejoraran: el año pasado murió el Alfa de Montana y su hijo, Liam Boyle, tomó el relevo.

Mi padre quería aprovechar esto para acabar de una vez con esta locura. Le he oído mencionar muchas veces en las cenas familiares: «El chico puede ser diferente. Puede ser razonable».

Esperaba que esto fuera cierto. Como dije, últimamente no habíamos tenido ningún incidente, pero se notaba la tensión.

—Espero que tengas razón, pero ten en cuenta que es un Boyle. Son muy orgullosos y testarudos, así que no esperes demasiado de él —dijo mi madre, relajando a mi padre.

La conocía; seguía culpándose de todo esto. Ser la hija de un Alfa era más que un papel o un privilegio.

Una de sus obligaciones era obedecer las decisiones del Alfa, especialmente las políticas.

Nunca la he culpado. No sé qué habría hecho yo en su lugar.

Quiero decir, en mi caso yo siempre he escuchado y obedecido a mi padre. Sé que debo ser un ejemplo para los demás. He estudiado más que mis amigos, y he sido voluntaria en el ambulatorio y en el orfanato de la manada.

Nunca he desobedecido, literalmente nunca, hasta aquella noche memorable.

Mi hermana, Lea, estaba emocionada porque iba a contarle a nuestros padres su relación con uno de los Betas, Kai.

No podía quedarse quieta, ya que estaba muy nerviosa y no sabía cómo decirle a papá que por fin había encontrado pareja.

Los lobos se emparejan de por vida, pero sólo con sus verdaderas parejas. Las reconocen y con una marca de mordedura, dejan su huella.

Cada persona describe el apareamiento de forma diferente. Para algunos, puede ser un golpe repentino. Dicen que es como si una brisa cálida tocará suavemente tu piel y sintieras un escalofrío por todo el cuerpo.

Entonces, tu corazón comienza a latir increíblemente rápido.

Otros dicen que es un proceso largo, que primero hay que conocer a la pareja y construir la relación.

Una vez que ambos lobos se marcan, sus mentes conectan y pueden compartir sus pensamientos. Y todo esto suele tener lugar después de la boda.

—Estará todo bien. Papá lo respeta y te quiere. Sé que no le importará —le dije con ánimo a mi hermana.

—¿Tú crees? Quiero decir que seré la primera hija en ser apareada. Te despejaré el camino —dijo riendo.

—Estoy segura de cuánto te quiere y desea que seas feliz, Lea. Venga, vamos a decírselo. —La cogí de la mano y tiré de ella hacia la puerta.

Más cerca del salón, pudimos escuchar una tensa conversación entre nuestros padres.

—¿Cómo pudiste hacer eso sin preguntarle a ella, o incluso a mí? —Podíamos escuchar a mi madre bastante nerviosa—. Has hecho exactamente lo mismo que hizo mi padre, y sabes cómo me sentí.

»¡Esto no está bien! —dijo con un tono más fuerte.

—Esto es diferente. Tengo que conseguir la paz para las generaciones futuras. Tu padre sólo quería saldar una deuda. Eso no se puede comparar —dijo mi padre, tratando de explicarse.

Poco a poco, empecé a sospechar lo que estaba pasando, pero no pude averiguar los detalles.

—Para ti es muy fácil decir todo esto. ¿Por qué no le preguntaste? —dijo mi madre, continuando la conversación, pero mi hermana se cansó de esperar.

—¿Preguntarle el qué? —interrumpió Lea. Nuestros padres se giraron en nuestra dirección, y parecían preocupados. Era la primera vez que los oía discutir. La primera vez que veía a mi madre furiosa con papá.

—Scott, díselo tú, anda —dijo mi madre. Con Lea, me senté en el borde del sofá esperando respuestas.

—Chicas, sabéis que las cosas entre nuestra manada y la manada de Montana están bastante tensas, y con la muerte del antiguo líder de la manada, he tenido que idear una forma de acabar con esto. —Mi padre se arrodilló frente a nosotras.

Un líder de la manada nunca hace eso.

Nos cogió de la mano y continuó. —El nuevo Alfa, Liam Boyle, aún no tiene pareja y, como Alfa que es, necesita una esposa y descendencia… —Y entonces todo cobró sentido.

—Oh no, no lo hiciste... —gemí. Me miró con pena en los ojos, y su cara no podía decir otra cosa que no fuera perdón. Mi hermana seguía sin entenderlo.

—¿No ha hecho qué, Mia? —Me miró.

—Entonces, ¿quién será la afortunada, eh, papá? —grité mientras me levantaba del sofá. Nunca había gritado a mi padre, un Alfa.

Echando la vista atrás, siempre he obedecido lo que él decía, pero ya era suficiente. El apareamiento era algo importante y personal; esto ya no tenía solución.

—¿Y si nunca me apareo con ese tipo? ¿Y si mi verdadera pareja se queda sola porque me han entregado a un completo desconocido? —Empecé a llorar.

Mi madre nos miró, y las lágrimas empezaron a caer de sus ojos también. Volvió la cara y no pudo mirarnos. Volvía a culparse a sí misma.

—Cariño, por favor, esta es la única manera de acabar con esto, y he tomado la decisión de que sea mi hija mayor. —Volvió su rostro hacia Lea. Ella era sólo un año mayor que yo.

¡Esto no era justo! Lea miró a mamá, tratando de obtener su ayuda.

—¡Mamá, di algo! No puedes dejar que haga eso. —Ella también empezó a llorar.

—Scott, debe haber otra manera. No les hagas esto a ellas... A mí. Sé cómo funciona esto. Al final fui a buscarte a ti, ¡por el amor de Dios! —gritó.

—¿No crees que no he pensado en eso? He intentado plantear posibilidades, dinero o unión de manadas, y no ha accedido a ninguna otra opción.

»He discutido con él y con nuestros Betas durante horas. Él cree que la única manera de acabar con esto es uniendo a nuestras manadas mediante el matrimonio, como se acordó originalmente entre tu abuelo y su padre.

»Dijo que la palabra de un Alfa es vinculante y debe cumplirse. El viejo bastardo tuvo que aprovecharse de su oportunidad antes de morir —dijo mi padre.

Me giro para mirar a Lea; estaba completamente devastada. Media hora antes estaba rebosante de emoción y pura alegría, y ahora estaba pálida y con la mirada vacía.

No puedo hacerle esto; ella ya había encontrado a su pareja. De hecho, yo no tenía nada que perder, ya que aún no he encontrado a la mía. Ella y yo sabíamos que esto la mataría.

—Lo haré. —Me levanté y me limpié las lágrimas, y todos me miraron. Mi hermana se tapó la boca y rompió a llorar.

—He dicho que será la mayor —empezó mi padre, pero le corté inmediatamente.

—Lea ya ha encontrado a su pareja, y veníamos a decírtelo. No dejaré que se lo arruines por estúpidas decisiones de manadas —dije, mientras mi madre sólo corría a abrazarme.

—Mi niña, eres muy valiente, pero no es necesario. Ya se nos ocurrirán otras ideas —dijo con cariño.

Ya tuve suficiente de esta conversación. Entonces, pensé: Dejémonos de tonterías. ¿Quieren la paz? Entonces tendrán paz. No me importa. Pero el Sr. Boyle tendrá su propia guerra conmigo.

Tuvo su oportunidad de acabar con todo esto de otra manera, pero es un imbécil que sigue la estúpida ideología de su padre.

Mi padre no dijo nada.

—Entonces... ¿Cuándo tendré el placer de conocer a mi encantador novio? —Aplaudí con falsa emoción.

Siguiente capítulo
Calificación 4.4 de 5 en la App Store
82.5K Ratings
Galatea logo

Libros ilimitados, experiencias inmersivas.

Facebook de GalateaInstagram de GalateaTikTok de Galatea