Un desconocido familiar - Portada del libro

Un desconocido familiar

Calista Rosch

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Chapter
15
Age Rating
18+

Summary

A Ceylan le gusta Liam, el amigo de su hermano, desde que era adolescente. Incluso ahora, ya adulta y trabajando como ejecutiva en la empresa familiar, sigue pensando en él. Liam es un playboy multimillonario que sabe que liarse con la hermana de su amigo está prohibido... pero cuando ambos se encuentran en Voluntas Tua, un club «caliente», nada está prohibido.

Clasificación por edades: +18

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Prólogo

Gabby se apoyó en la barra de bar curva que estaba en la sala apenas iluminada. Su pelo negro caía sobre un hombro; llevaba un vestido de lentejuelas y su sonrisa le marcaba los hoyuelos de la cara.

Las vistas que tenía desde dónde estaba en el club Voluntas Tua le encantaban. Ver a toda esa gente con máscaras de disfraces bebiendo vino y disfrutando la llenaba de orgullo.

En su vida pensó que invertir en un negocio así daría sus frutos en algún momento.

Todos los clientes iban correctamente vestidos, con sus trajes y atuendos de lujo. No podía esperar menos, todos eran ricos.

Y los ricos anhelaban liberarse sexualmente, un descanso de sus miserables matrimonios y relaciones concertadas, por lo que siempre acudían aquí en busca de sus excelentes y confidenciales servicios.

Todos sus clientes se registraban con un alias, de ahí que llevaran máscaras como disfraces.

Algunos pensaban que Voluntas Tua era un burdel, pero Gabby no lo veía así.

Dos personas que no se conocían venían a darse placer mutuamente, una cita de una noche.

Por supuesto, también contaba con su personal de apoyo, ya que algunos clientes necesitaban a personas bien formadas y con mucha experiencia. Como ocurría con su mejor cliente, el multimillonario Liam Chase, alias Vintage.

Había pasado tiempo desde la última vez que vino. Salía en todas las revistas. Y es que Liam tenía una relación con un miembro de la alta sociedad: Meredith Ewan.

No iba a durar, ninguno duraba y Gabby sabía que él iba a volver, no iba a ser una excepción. Sabía que volvería a dejarse mucho dinero en los servicios y su negocio crecería aún más.

El tintineo de las copas brindando mientras Evan hacía excelentes cócteles se fusionaba con las notas musicales que sonaban de fondo. Gabby se quedó prendada con el tono suave de la música rock, los colores apagados de las botellas y el sutil brillo de luz que había en la sala.

Un golpecito en el hombro la sacó de su trance. Gabby se giró en su taburete para mirar a Emma, una de sus chicas.

—Tienes una llamada en tu despacho —gritó en medio del ruido—, Vintage está al teléfono. Una sonrisa se formó en la boca de Gabby. Tenía razón, como siempre. Él había vuelto.

—Gracias, cariño —Gabby acarició el brazo de la pelirroja mientras se levantaba.

—¿Puedo pedirte un favor Gabby? —dijo Emma cuando entraron en la zona privada donde se encontraban su despacho y las habitaciones para los clientes. En cuanto cerraron la puerta a la zona privada, dejó de haber ruido.

—Cualquier cosa, cariño.

—¿Puedo pedirme a Vintage esta vez?

—Claro —Gabby estaba de buen humor, podía hacer cualquier favor ahora mismo. Y además, Emma era una de sus mejores chicas. Emma pegó un chillido antes de darse la vuelta para volver al trabajo.

Caminando más por el pasillo de paredes negras, pasando varias puertas recubiertas de pintura, Gabby llegó a su despacho. El despacho estaba pintado de gris y sólo tenía una ventana, que daba a la carretera principal.

Sobre la mesa gris, había una gran pila de papeles bajo un pisapapeles con forma de tortuga, un cuaderno, un ordenador portátil y el teléfono de la oficina. Gabby descolgó y Vintage seguía al teléfono.

—Me sorprende que hayas llamado. Tu asistente siempre hace ese trabajo.

Al otro lado de la línea se oía una conversación distante, pero Gabby no tenía ninguna duda de que Liam ya se había dado cuenta de que Gabby estaba al teléfono. Enseguida oyó un «gracias» y entonces Liam fue todo suyo.

—Hoy tengo una petición especial y no quería molestar a mi secretaría con la información.

—¿Qué puedo hacer por ti, cariño? —su voz era seductora.

—Necesito tus servicios. Mañana. Pero no necesito el servicio VIP. Quiero el normal, quiero estar con alguien que no sepa quién soy. Estoy cansado de que las mujeres me complazcan porque soy Liam Chase.

—Pero si mis chicas son muy eficientes… —Les iba a dar una colleja por fallarle a su cliente VIP. Esto le podía traer grandes pérdidas.

—Ese es el problema Gabby. Saben lo que espero. Reaccionan donde espero que reaccionen. Quiero follar de verdad.

—¿Y qué hay del dinero? —Todo se reducía al dinero.

—Maldita seas, me vas a dejar seco. Pagaré, como siempre hago.

No habría pérdidas, eso estaba bien.

—Te voy a encontrar a alguien de inmediato.

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