Moon River - Portada del libro

Moon River

L.B.

Capítulo 2

MAEVE

La cena fue más que agitada. Había olvidado lo numerosa que era la familia de Tylor.

Sus hermanas gemelas, Caroline y Christine, eran un manojo de nervios. Si a esto le añadimos a su hermano pequeño Nathan, era de extrañar que Mary y Nick pudieran con todo.

Me alegré de que todos estuvieran allí porque apenas pude decir una palabra con todo el alboroto que había en la mesa. Los niños eran ruidosos, pero fue agradable lo fácil que me hicieron la cena.

—¿Qué vas a hacer mientras estés aquí, Maeve? ¿Vas a buscar trabajo para el verano? —preguntó Mary.

—Sí. Pensé en empezar a buscar mañana. Estoy buscando algo bastante simple.

—Estoy seguro de que Tylor podría ayudarte a encontrar algo —dijo Nick.

Está claro que Tylor rara vez hablaba, porque hubo una pausa momentánea en la conversación y se lanzaron algunas miradas en dirección a Tylor.

—Bueno, trabajando tan de cerca en el castillo, estoy seguro de que serías capaz de encontrar algo para ella. Sé que siempre están buscando servicio para los grandes eventos.

—¡Papá! Seguro que prefiere ir a la fiesta que servir en ella ¿verdad, Maeve? —respondió Caroline.

—Sabes qué, creo que tienes razón —le dije a Nick—. Miraré si están dispuestos a contratarme o no.

—Seguro que te contratarían —contestó Nick—, sobre todo con una buena referencia de Tylor.

—¿Seguro que prefieres trabajar en lugar de ir al baile? —preguntó Tylor.

—No es que tenga nada que ponerme, y no creo que me guste mucho algo así. —Oí una risita de Nathan y suspiros de Caroline y Christine.

—¿Hablas en serio? —Caroline y Christine dijeron al unísono. Entonces Caroline tomó el relevo—. Si es sólo por lo del vestido, estoy segura de que podríamos prestarte uno.

—Hablaré de ti —dijo Tylor antes de que pudiera responder. Estoy segura de que la sensación de alivio que me invadió fue visible porque Taylor me ofreció una dulce sonrisa como respuesta.

Las chicas intentaron decir algo, pero podría jurar que oí a Tylor gruñir. Su respuesta se cortó antes de que cualquiera de ellas pudiera emitir un solo sonido.

Las chicas no tardaron en volver a cotillear sobre todo lo que ocurría en su colegio y sobre quién creían que iba a ir al baile este fin de semana.

Hablaban de turnos y de muchas otras cosas que yo no entendía muy bien... pero bueno, nunca fui popular ni entendí lo que era ser cool.

Le di las gracias a Mary por una hermosa cena y me despedí de todos. Empecé a cerrar la puerta, pero me encontré con que había alguien detrás de mí.

Miré por encima de mi hombro y vi unos penetrantes ojos azules que me devolvían la mirada. Se me cortó la respiración y aparté la mirada.

—Te acompañaré de vuelta —dijo Tylor.

—Te das cuenta de que vivo al otro lado de la calle, ¿verdad? —repliqué.

—Bueno, hace poco hubo una alerta por ladrones —respondió—, así que no sé qué tan seguro es esto.

Lo miré y resoplé en voz baja. Había intentado desesperadamente no fijarme en lo guapo que era. Había algo en él que hacía que quisieras cogerle la mano.

Agarré la mía como respuesta. Todo en Tylor era reconfortante y me hacía sentir segura. Tylor me acompañó hasta el porche, se dejó caer en los escalones y me hizo un gesto para que me sentara a su lado.

—Lo que dije ahí fue en serio. Si quieres trabajo, puedo ayudarte a conseguir algo este fin de semana, pero creo que deberías replantearte ir al Baile —dijo rotundamente.

—Nunca he sido de las que bailan y no conozco a nadie... además, ¿vestida de qué? ,nunca he sido de fiestas temáticas —dije mientras agitaba las manos en el aire.

—¿Qué quieres decir con fiesta temática?

—¿Es así no? Fiesta de compañeros… no sé, Batman y Robin, Asterix y Obelix... ... ¡POR TUTATIS! —Balanceé mi brazo, y él atrapó mi codo.

—Espera, ¿qué? —Se levantó de repente y me hizo subir con él—. No entiendo nada... ¿Nunca has estado en un Baile de Compañeros?

—No. Ya te he dicho que no me gustan mucho esas cosas.

—May. Hablo en serio —gruñó—. ¿Entiendes lo que son los compañeros, verdad?

—¿Buenos amigos? —sugerí.

—May, —respiró con fuerza—, ¿has cambiado alguna vez?

—Bueno, si...... me he movido bastante de un lugar a otro, pero sigo siendo la misma persona. No creo que haya cambiado de personalidad. Sigo siendo la vieja Maeve.

—¿QUÉ? —Parecía totalmente atónito—. ¿No has notado nada raro en ti?

—Ummm... ¿qué quieres decir? —Lo miré extrañada porque seguía sujetando mi brazo y, por alguna extraña razón, no lo soltaba—. Creo que tienes que ser un poco más específico.

—¿Has enfermado alguna vez? ¿Te has cortado alguna vez y te has dado cuenta de que te curas muy rápido? ¿Alguna vez te han salido pelos? —Su voz temblaba de ira.

—No sé de qué estás hablando —dije, tratando de apartar el brazo. Me atreví a mirarle, y sus ojos parecían consumidos por la oscuridad.

—Por favor, Tylor... si dije algo que te molestó, lo siento. No lo entiendo. Joder, pensé para mí, ~si que son importantes las fiestas aquí.~

—No, lo siento —dijo mientras me soltaba el brazo. Seguía extrañamente cerca de mí, y podría jurar que me estaba oliendo. Volví a mirarlo y parpadeó. Sus ojos volvían a ser azules.

Me froté los ojos y miré a mi alrededor.

—Bueno... está oscureciendo —dije—, y he tenido un largo viaje. Así que creo que es hora de que me vaya a dormir.

—Oye, May —dijo mientras me agarraba del brazo de nuevo. Le devolví la mirada y volvió a acercarse a mí—: No quería asustarte.

Por alguna extraña razón, me sentía mareada cada vez que se acercaba a mí.

Olía a chocolate y a... no podía precisarlo. Nunca me ha gustado el chocolate, pero había otro olor debajo que no podía ubicar.

—¿Alguien te ha dicho alguna vez que hueles a ch...?

—¿Chocolate y roble? —susurró. Se acercó de nuevo—, ¿Cómo? ¿Cómo has...?

Se quedó sin palabras. Tiré del brazo hacia atrás, entré y cerré la puerta tras de mí. Algo dentro de mí me hizo cerrar el cerrojo.

Juraría que me oyó mientras se alejaba. No miró hacia atrás, pero se detuvo. Era casi como si pudiera sentir que lo miraba irse.

Los días siguientes pasaron volando ante mis ojos. Conseguí limpiarlo todo, pero seguía necesitando productos de primera necesidad. Vivía a base de cajas de pizza.

Después de todo ese asunto del Baile, podré ir a comprar comida y empezar a vivir como una persona algo normal. ~

Siguiente capítulo
Calificación 4.4 de 5 en la App Store
82.5K Ratings
Galatea logo

Libros ilimitados, experiencias inmersivas.

Facebook de GalateaInstagram de GalateaTikTok de Galatea