Reencuentro con mi secuestrador - Portada del libro

Reencuentro con mi secuestrador

Tania Shava

Capítulo 2

Talia

Talia se mantuvo ocupada y evitó aquella mesa. Ni siquiera le dedicó una mirada y se aseguró de mantenerse bien lejos.

Mia y ella estaban de pie en una esquina viendo cómo la gente se dirigía a la pista de baile.

—Me dan mucha envidia —gimió Mia a su lado. En un momento dado, le susurró al oído—. Mira.

Vieron a Axel abrirse paso por la sala junto a la tal Sophie, listos para a bailar.

—Es muy guapo, Talia, con todos esos tatuajes.

—Sí —murmuró ella.

Después de lo que pareció una eternidad, la noche finalmente terminó, para regocijo de Talia.

Se sentía agotada tras una dura jornada de trabajo.

Mia la dejó en su casa y se despidieron. Talia entró en su dormitorio, se tumbó en la cama y pronto se quedó dormida.

Se despertó a la mañana siguiente y dio gracias por que fuera sábado.

Se pasó todo el día estudiando y ordenando sus proyectos.

Aquella noche, Mia y ella iban a ir a un club llamado Madison's, y quería tener buen aspecto. Así que empezó a buscar un conjunto para ponerse por la noche, ya que Mia no tardaría en llegar.

Se vistió con un vestido con cuello en V, se rizó un poco el pelo y estuvo lista para salir.

Oyó a Mia, salió a su encuentro y subió a su coche.

—¿Estás lista, muchacha? —preguntó Mia.

—¡¡¡SÍ!!! —gritó ella.

Llegaron al club, que era enorme y elegante. Después de hacer una cola que les pareció eterna, finalmente entraron. Había luces ultravioletas de color púrpura y la música estaba muy alta.

—Echémonos algo al coleto —dijo Mia mientras se dirigía a la barra.

Se tomaron unos cuatro chupitos de tequila antes de que Talia empezara a sentirse confusa. Cuando se trataba de alcohol, era un peso pluma..

Salieron a la pista de baile y empezaron a moverse. Después de un rato, Talia decidió ir al baño, hacia el que se dirigió a trompicones. Y entró por la primera puerta de servicios que vio.

Se fijó en un tipo que se arreglaba la corbata y le dirigió una mirada inquisitiva.

Intentaba recuperar la sobriedad pero no podía. ¿Dónde le había visto tipo antes? ¿Cómo no podía recordar a alguien con tantos tatuajes?

Talia decidió que lo pensaría más tarde, y corrió hacia el cubículo para aliviarse.

Cuando terminó, abrió la cabina del baño y se sintió mucho mejor. Empezó a lavarse las manos, sólo para llevarse un gran susto cuando vio que el hombre tatuado no se había ido.

Seguía allí, apoyado en la puerta.

Siguiente capítulo
Calificación 4.4 de 5 en la App Store
82.5K Ratings
Galatea logo

Libros ilimitados, experiencias inmersivas.

Facebook de GalateaInstagram de GalateaTikTok de Galatea